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Channel: Hija no hay más que una... (Gracias a Dios)
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Las tijeras y otros dramas

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Siempre me han dado miedo las tijeras. No tanto como las niñas muertas en camisón, pero sí un poco. Principalmente por culpa de mi madre que nos tenía siempre con el alma en vilo cada vez que cogíamos unas por si en un descuido nos cotábamos la aorta, como si fuera una labor sencilla para una niña de siete años con sus tijeras verdes de bruja piruja, que por no cortar no cortaban ni el papel.

Bueno, pues la pelirroja que ya es una señorita –respecto a tamaño, no tanto en cuanto a modales, qué más quisiera yo- lleva mucho tiempo lampando porque le deje usar unas y yo poseída por el espíritu de la mamma, me negaba, no fuera la niña a cortarse la aorta o la femoral o el meñique del pie, que ya se sabe que las tijeras tienen efectos demoníacos sobre el que las usa, no hay más que ver a los peluqueros que empiezan por cortarte las puntas y antes de que pases la página del Hola de hace tres meses que te estás leyendo,  ya te ha dejado como Cristiano Ronaldo, que la mamma sabe de estas cosas y las tijeras tienen un poder sobrenatural dentro la mar de malo.

Pero claro, la nena, que ya tiene cuatro añazos, las usa en el cole para hacer las fichas, con total desconocimiento de la mamma, por supuesto, para qué querríamos más, así que pensé que puestos a cortarse la aorta igual podría hacerlo en el colegio y me decidí a comprarle unas de ésas de punta roma y plástico por fuera que parecen inofensivas, para que diera rienda suelta a su afán recortador.

Y desde entonces, la niña se pasa el día cual Eduardo Manostijeras recortando todo lo que se le pone por delante: folletos, libretas, cartulinas y hasta plastilina, que dormir, rascar y recortar es todo empezar.

Y ya llevábamos dos meses con las tijeras o más y sin drama a la vista, que casi me atreví a contarle a la mamma la hazaña justo un par de días antes de que la niña se me acercara con cara de perro pachón y me entregara las tijeras “guardalaz mamá para otro día mejor” y claro, una que está agotada pero tonta lo que se dice tonta no es, me levanté en busca del desangre o de lo que fuera que hubiera sucedido y antes de incorporarme me topé de frente con los leotardos nuevos de 15 euracos el par, con mil y un cortes como si hubiéramos vuelto a los 80 y la niña fuese la nueva encarnación de Cindy Lauper.

Y dispuesta estaba a entrar en bucle de violencia verbal cuando miré a la niña para poder infundirle terror y me topé con un nuevo miniflequillo lateral pelirrojo que al parecer se había diseñado y cortado ella misma con sus fabulosas tijeras de punta roma y prueba de ello eran los manojos de pelos que había sobre la cocinita de Kitty a modo de bisoñé demodé.

Sobra decir que escondí las tijeras en una caja de máxima seguridad de Antigua y que ahora siempre le pongo a la niña un moño en la frente del tamaño de una lechuga, no vaya la mamma a notar la fechoría y tengamos un drama familiar. Que a las tijeras las cargará el diablo, pero a la mamma también. Y uno bien grande.

Buhkids! diseño, confort y calidad para tu bebé

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Que la comodidad y el diseño no son cuestiones incompatibles es algo que ya sabemos todos –menos Britney Spears, claro- y es que aunque los bebés tienen que estar cómodos para poder dar guerra con soltura y libertad, no hay que olvidarse de cuidar la cuestión estética, que luego se nos hacen mayores, ven fotos y empiezan los reproches y el riesgo de acabar en un asilo.

Por eso, me gustan tanto los diseños de Buhkids!, una marca especializada en artículos para bebés, realizados con los materiales de la mayor calidad, todos cien por cien algodón, buscando siempre el confort y con un cuidado diseño, gracias a las maravillosas manos de Marta y Belén, dos arquitectas madrileñas, que aplican sus conocimientos en diseño e innovación en todos sus productos, creando colecciones que gustan tanto a los bebés como a sus mamás, por su comodidad y por su cuidado diseño, gracias a deliciosas combinaciones de colores y estampados, todo ello confeccionado en unos tejidos de la mayor calidad.

Como los productos de Buhkids! son todos hechos a mano, uno por uno con cuidado y dedicación, la originalidad es uno de los baluartes de esta joven marca, ya que el cliente puede seleccionar los tejidos de entre una amplia selección y otros muchos detalles que harán tus prendas únicas y, además, perfectas para regalar porque te las preparan en un precioso packaging, hecho con esmero y dedicación, cuidando la imagen global del producto en todos sus aspectos.

Y por si esto fuera poco, todos los productos están diseñados y fabricados en España con un especial compromiso con la sociedad garantizando el respeto de los derechos humanos y laborales de todos sus colaboradores, talleres de confección y proveedores. Siendo, además, sensibles con el medio ambiente por esto uno de sus primeros objetivos es reducir el impacto medio ambiental que pueda producir su proceso de comercialización.

Toallas, cambiadores de viaje, fundas de sillita, protectores de cuna, sacos para capazo, baberos y muchas más cosas, todas con un diseño actual, colorista y divertido y con la máxima calidad en materiales y confección, os esperan en su página web, donde seguro que encontraréis el artículo perfecto para regalar o, mejor aún, para regalaros… porque por tener tienen hasta juguetes…

¿A qué esperáis para conocerlos?

Suegra sí hay más que una. 23.- La suegra de pueblo

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La suegra de pueblo casi se muere cuando le comunicáis que os vais a vivir juntos sin pasar por la Vicaría y como le teme más a un rumor que a una banda de rumanos violentos, os obliga a mentir delante de sus vecinas 'que ya sabes cómo es la Paquita la de la casilla esquiná, que se pasa el día dándole a la lengua, cómo no tiene otra cosa que hacer, y al final salimos en los periódicos, y ya ves tú el disgusto que se llevaría el párroco Don Alberto, con lo que te quería...'.

La suegra de pueblo pregunta cada cinco minutos cuándo le vais a dar nietos porque un matrimonio sin hijos 'ni es matrimonio ni es ná y los niños son alegría en una casa, que la gente de hoy estáis más pallá que pacá con tanta salida y tanta entrada y  no estáis en los que tenéis que estar' y te da la brasa desde que te la presentan en la boda de la prima María Sonsoles, antes de que salgan las minicroquetas con sabor a Thermomix, y hasta que te llega la menopausia aunque ya le hayas engendrado cinco nietos.

La suegra de pueblo te obliga a comerte un plato de puchero de tamaño industrial cada vez que vas a su casa 'porque estás mu delgaílla' aunque sobrepases la media de índice de grasa corporal saludable y los vaqueros estén a punto de perforarte la pleura. Y si se te ocurre decirle que te gustan las ciruelas, cada vez que la visitas, te coloca sobre el regazo un cuenco del tamaño de Brasil relleno de ciruelas y no deja que te levantes hasta que te las comas todas y/o hasta que se te descomponga la barriga por un exceso de mejora del tránsito intestinal.

La suegra de pueblo cada vez que se queda con tus hijos, te los devuelve con dos kilos de más, a base de bizcochos caseros, litros de zumo de naranja natural con miel -tomados muy deprisa porque se le van las vitaminas- y huevos camperos naranja fluorescentes que le trae el huevero directamente a la casa y que 'saben a gloria bendita'.

La suegra de pueblo mira con horror la decoración de tu casa, copiada de El Mueble y de la Vogue y antes de que te des cuenta te aparece con un jarrón chinesco lleno de flores de plástico mortuorias y tres pañitos de croché para que lo pongas sobre el mueblo 'porque en estas teles canijas no cabe ná' y como te pongas tonta, te regala un cubre rollo de papel higiénico hecho de puntillas con lazos fucsia que invitan al suicidio masivo.

Cada lunes, un nuevo modelo de suegra en ‘Suegra sí hay más que una’. Es hora de sacar la lengua viperina que Dios nos ha dado, criticar, desahogaros y puntuar a la vuestra con nuestra típica puntuación del 1 al 10… Yo me abstengo, que para eso mi suegra es un primor –y me lee jajjaja-, pero vosotros podéis dejaros la bilis… No sé por qué me da que va a haber muchos comentarios anónimos… A criticar!!! Y que no se ofenda nadie, que esto es para divertirnos!!

Déjame vivir. Parte I

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La gente que no tiene una hija de cuatro años con tirabuzones ‘coloraos’ inasequible al desaliento y agotadora hasta la muerte súbita, creerá que tener una niña que quiera imitarte y pegársete como una bomba lapa cada vez que vayas a hacer algo que ella considere molón, es una cosa muy tierna y muy bonita y muy de quererse al calor del hogar. Pues, mire usted, no. Ni mijita. Más bien es un infierno en vida. Y uno de los grandes.
He aquí algunos ejemplos infernales

1.- La repostería. Mira que he visto pelis donde la mamá y la nena hacen un pastel y todo son arrumacos y harina en las mejillas, pero sólo un toque para hacer la gracia, que las niñas de las películas son siempre muy civilizadas y muy limpias. En mi casa, por el contrario, cada vez que me decido a hacer aunque sea un cutrebizcocho de yogur, todo es caos porque por mucho que me agazape entre el verdulero y el lavavajillas como un niño chino cosebalones, la niña, que duerme con un ojo abierto como el perro de tres cabezas de Harry Potter para que nada se le escape, me pilla antes de haber sacado los huevos y empieza el desfile del horror que acaba con la casa enharinada como en una fiesta de pueblo, huevos reventados por el suelo y un bizcocho aladrillado declarado incomestible por el exceso de manoseo pelirrojil. Y al final hay que bajar a por donuts porque o es eso o pillar el ébola con el bizcocho. Con lo mal que me viene a mí pillar el ébola entre semana.

2.- Las pinturas. Yo me pinto. Siempre. El día en que hubo un miniterremoto de ésos que sólo notamos mi madre y yo, lo primero que hice fue maquillarme, no fuera a haber una catástrofe y me pillaran en el telediario con la cara de enferma terminal. Sin embargo, ahora pintarse se ha convertido en una pesadilla porque antes de que llegue al cuarto de baño, la niña ya está frente al espejo esperándome lampona por ponerse como Carmen de Mairena y aunque yo me niegue, aprovecha un descuido mientras me echo rimel y guiño un ojo y abro la boca como si me hubiera dado un aire y cuando vuelvo a la normalidad me la encuentro refregándose el lápiz de ojos por las mejillas como si no hubiera un mañana dejándose la cara como Mike Tysson y encima se enfada si no le digo lo guapa que está.

3.- Limpiar. La niña es más floja que su madre y para que recoja tengo que amenazarla con emprender una guerra nuclear y, además, quitarle las chuches, pero es verme con la escoba en la mano y volverse loca, que lo de esparcir la basura a escobazos por toda la casa es un vicio que me la tiene soseía. Eso por no hablar de la fregona, que el otro día, tras media hora insistiendo, me dejé engatusar –era eso o que se me generara un tumor cerebral- y la dejé coger el mocho un segundo y antes de darme cuenta había decidido mojarla “zólo un poco máz para flegar mejor” y así fue como se nos generó el océano índico en el salón.

Continuará…

PD. Hace unos días publicamos post en El Planeta del Bebé sobre baños de espuma, pelirrojos en remojo y mucho, mucho estrés... No os lo perdáis!!
http://tiendas.elplanetadelbebe.com/blog/2014/02/soporte-de-bano-saro-consejos-de-una-madre-en-apuros-por-flor-enjuto/

Déjame vivir. Parte II

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4.- Ordenar armarios. Ya os he contado alguna vez que mi casa puede ser un caos –y cuando digo caos me refiero a un caos pocilguero, que aquí por mucho que limpiemos no nos libramos de esta imagen de campamento rumano con la cocinita tirada en medio del salón y las alcachofas de plástico pisoteadas por el suelo y tazas diseminadas como para invitar a tomar el té a todo Canadá- pero que mis armarios están más ordenados que los de Sarah Jessica Parker, que eso es territorio sagrado en el que no toca cualquiera. Pero claro, eso requiere de mantenimiento continuo y cada vez que saco la ropa para limpiarlo -o para reordenarlo y abandonar por fin esas prendas que tampoco me cabrán este invierno y que me miran hostiles desde las perchas-, la pelirroja me persigue sigilosa –todo lo sigilosa que puede ser una pelirroja en tacones- y antes de darme cuenta ya me está haciendo bolas con mis vestidos y probándoselo absolutamente todo, con el consecuente manoseo con sus aceitosas manos regordetas fruto de amasar plastilina durante horas y lo que es peor, tirándomelo todo por el suelo para crear figuras a lo art attack, barriendo el suelo del dormitorio con mi falda de volantes de Adolfo Domínguez.

5.- Escribir. Cada vez que me siento en el ordenador a escribir, se me coloca al lado como un perrillo lampón y me arrima el culo sibilinamente para que la coja, cosa a la que por supuesto y dadas las experiencias anteriores de vasos de Coca Cola tirados sobre el teclado y otras lindezas, me niego. Pero claro, una tiene que hacer pis que para eso se bebe mil litros de agua –valeee, y de Cocacolazero- al día por aquello de depurar impurezas, y es levantarme tres nanosegundos y verla correr como las marujis a las puertas de El Corte Inglés el primer día de rebajas, para sentarse en mi sitio y golpear las teclas del ordenador fingiendo ser taquígrafa de juicio americano y mirando atentamente la pantalla, como si estuviera terminando unos informes súper secretísimos e importantes… y antes de que pueda echarla, ya ha borrado todos mis archivos y ha publicado en mi Facebook una serie de extraños emoticonos que me lleva toda la mañana explicar a mis maigos para que no se crean que he perdido la cabeza. Más todavía, quiero decir.

6.- Bajar a la calle. Mira que soy de esas madres que ante el estrés y la mala vida optan por la huida hacia adelante, esto es, a la calle aunque diluvie que, como diría mi madre mientras vas y vienes vida tienes. Pero claro hay algunos momentos en que no quiero bajar de paseo sino a la panadería a por un bollo, al chino a por Cocacola o al banco, es decir, a hacer un recado de no más de cinco minutos para volver a ponerme el pijamón más pronto que tarde. Pero la niña que es callejera como su madre y que tiene un oído felino para según qué cosas, me pilla siempre a punto de abrir la puerta con el sigilo de un ladrón de guante blanco, como cuando mi padre me hacía creer que estaba dormido cuando llegaba tarde después de una noche de fiesta y justo cuando estaba a punto de llegar a mi cuarto y alcanzar la meta de la impunidad, me encendía la luz y teníamos fiesta. Pues lo mismo. Sólo que entre aguantar un sermón paterno sobre la malagente que hay en las calles a las cuatro de la mañana y llevarme a la niña al chino con su parsimonia y su necesidad de pararse en todos y cada uno de los escaparates que se encuentra, con especial atención al del centro de masaje con falsos peces garra rufa para hacer la pedicura, donde es capaz de quedarse  hasta terminar la Secundaria, me quedo con mi padre comiéndome el hipotálamo a las cinco de la madrugada. Y mira que daba miedo el asunto...

Continuará...

Déjame vivir. Parte III

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7. Todo lo que tenga que ver con el limpia cristales. Si me acerco al Cristasol a la niña se le enciende una alarma interior, incluso aunque esté dormida –que el poder del Crsitasol no es un poder cualquiera, oiga- que la obliga a ir corriendo a mi encuentro, hacerse con el pulverizador y inundarme mesas, puertas, sillas y hasta el sofá con la ansiedad de una demente sin medicar y da igual cuántas veces le regañe, la niña es ver el limpiacristales y entrar en éxtasis, y ya se sabe que los éxtasis van por libre, mira si no Santa Teresa que era una señora y no había manera de hacerla entrar en razón.

8. La televisión. Puede que la niña pase de ver Caillou y Pocahontas y cualquier cosa que la mantenga callada y pegada a la tele por media hora –sí, soy de ese tipo de malamadre que para eso tengo un tic en el ojo derecho desde el día del parto y mato por un rato de relax que me frene el tic del izquierdo- pero es sentarme y poner algún canal que me mole para que venga corriendo dispuesta a verlo conmigo y es un infierno ver una serie con una pelirroja capaz de preguntar dos millones de veces la misma cuestión y no callarse ni debajo de agua porque suele pasar que ése le parece el mejor momento para contarme el cuento de Cenicienta mientras se tumba y me hinca los talones en la cadera y me deja en la esquinita del filo del sofá a pique de resbalarme y dejarme la frente contra pilar de la pared, una idea que por un minuto me parece hasta tentadora.

9. Doblar trapos. Ya os dije lo poco que le gusta a la nena la limpieza, más allá de la fregona, la escoba y el cristasol, pero es verme doblar trapos y venir rauda y veloz a literalmente, deshacérmelos ‘ez que no eztaban bien mamá, mejor azín’ y hacerme bolas enormes mezclando braguitas con camisetas interiores y la funda de la almohada y luego llevarlos a sus presuntos cajones, pero claro, al final todo es caos y yo tengo calzoncillos del pater junto a los bolsos de fiesta y el pater mis medias en los bolsillos de su chaqueta, todo con mucha sensualidad, que otra cosa no pero en esta casa somos un rato de sensuales, sobre todo cuando tengo el tic desatado. Tanto así que hace unas semanas saqué de dentro de la funda de mi almohada nada menos que tres braguitas y un calcetín de gimnasia. Ahí lo llevas.

10. Bañarme. Yo ya nunca me baño. Jamás. Eso es para las nomadres o para el día de tu cumpleaños o para cuando el pater te ve con tal cara de loca que te prepara la bañera con velas y una copa de vino y te encierra hasta que las cejas te vuelvan a su sitio. Yo soy de ducharme. De ducharme en tres segundos y medio, pero aún así es mi momento, que diría Rosa Benito, hombre, ya. Pues nada, primero porque no tenía pestillo y luego porque la pelirroja aprendió a abrirlo con un plato de la cesta de picnic, pero la cuestión es que siempre acabo gritando aterrorizada como la de Psicosis pero en lugar de Norman Bates tengo a la pelirroja amenazándome, primero tratando de entrar a la ducha vestida y todo, o lanzándome botes de champú a los pies o incluso metiéndome la toalla dentro ‘para que no pazez frío’, y al final acabo más loca que cuando entré, muerta de frío polar y cubierta con una toalla chorreando que pesa cinco toneladas y media.

Vieja pelleja

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Yo nunca he querido ser vieja. No tanto por el hecho de cumplir años porque a mí los cumpleaños me encantan con todos esos regalos y la fiesta y los regalos y las copichuelas variadas con los amigos y los regalos… ¿he dicho los regalos? Pues eso, sobre todo los regalos, que no voy a engañar a nadie.

Lo q no me gusta es tener arrugas y perder esa presunta lozanía q dice mi hermana q se nos va a los 25, así sin avisar y para siempre y claro, yo que ya tengo 35, imagínate, ni tengo lozanía ni se la espera por estos lares. Válgame Dios. Y es que una pensaba q como había heredado las caderas de tamaño industrial de la mamma, también habría heredado su cutis a prueba de bombardeos, que la mamma tiene más d sesenta años… pero no puedo precisar el pico porque me parte las piernas, que aunque niegue que se quita edad, antes se llevaba un año con mi padre y ahora son de cinco a siete dependiendo del día.

La cuestión es que ella no tiene ni una sola arruga y cuidarse se cuida poco, vamos que es de la generación Nivea y no quiere un antiarrugas ni así la maten. Y yo ilusa por creer que con el culo venía también en el lote la tersura epidérmica, ahora vivo sin vivir en mí de ver cómo empiezan a asomarse pequeñas arrugas alrededor de los ojos como signo de decrepitud total… ¿pero esto es en serio? ¿acaso merezco este ultraje? El pater que es buena gente y me ama dice que no tengo arrugas, ni una para ser exactos y que lo poco q me vea en el espejo de aumento -donde todo el mundo es muy feo y tiene los poros abiertos como cuencas gigantescas ¿que necesidad había d inventar una máquina autodestructiva de tal calibre?- son de la expresión porque como soy miope y no uso gafas porque me he declarado en estado de rebeldía ocular, pues acabo arrugando los ojos para ver si el que me saluda a lo lejos se dirige a mí o sólo está llamando un taxi y claro, eso pasa factura en forma d patas de polluelo porque gallo, gallo, lo que se dice gallo tampoco son oiga, un respeto a mi persona.

Pero de cualquier manera me he decido a iniciar uno de esos planes de belleza que suelo plantearme cada dos semanas y que me vienen a durar de uno a tres días dependiendo del tiempo y de la intensidad de los pelirrojos en su vocación por volverme loca y entre mis planes están el de volver a la operación biquini –es eso o ir con burka a La Malagueta- dormir más –esto es como querer ir a Bali-, gastarme el sueldo en antiarrugas y serum y cosas muy complicadas y muy caras que no sirven para nada pero que te hacen creer que sí –no sé si la tarjeta dará más de sí- y hasta ponerme ácido hialurónico de ése en los labios para tener una boca como la de Penélope Cruz y poder pintarme los labios de fucsia sin parecer una yonki en rehabilitación… Aunque este último punto que es el que más ilusión me hace, también es el que más me acojona porque seguro que al final acabo como Carmen de Mairena o como Belén Esteban y me tengo que exiliar al extranjero. Pero dice mi hermana que no, que a nosotras nos va a quedar muy sutil y muy bonito como a las artistas de bien aunque lo que yo creo es que quiere engatusarme para que en el caso de que al pinchárselos se convierta en un travesti con boca de caballo percherón, no ser la única de la que se ría mi madre. Como si lo viera.

Suegra sí hay más que una. 24.- La suegra abuelil

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La suegra abuelil te llama tres veces al día para contarte temas de vital trascendencia  como que Karmele se ha separado ‘fíjate tú, que no llevaba ni dos años y me ha dejado de piedra porque con los buena periodista que era y lo loca que está ahora, que igual ha sido el marido que no puede ni verla con esos pelos que me lleva y esos ropajes tan raros como de paje real y por dinero no será… porque si fuera una que tiene esta falda, ésta misma que llevo puesta, yo juraría que desde la Comunión de mi Antoñito…’ o sobre alguna noticia que ha escuchado en el informativo y que por supuesto te cuenta del revés, componiendo una historia que no tiene ni pies ni cabeza en plan “Que dice el Gobierno que va a quitarle la sanidad a los pensionistas de Cuenca porque allí el gasto está disparado por la minería y el petróleo que cada día está más caro, con decirte que mi niña se va ahora en autobús al trabajo… y como ahora hay que jubilarse a los 78, que ya ves tú quién está para trabajar a esas edades que está ya una sin tránsito intestinal ni ná, que tengo los huesos comidos por la artrosis y el colesterol’ y se queda tan pancha, orgullosa incluso del discurso que acaba de marcarse.

La suegra abuelil siempre cree que hace demasiado frío para el niño y aunque estéis en la playa en pleno mes de julio, se quita el pañuelo y se lo echa al niño en las piernas, aunque esté sudando como Camacho, ‘que es que aunque tú no lo notes hace mucha brisilla y eso acaba por cogérsele al pecho y al final se nos pone malo’. Y si ya es invierno te los viste como si fueran al Polo norte, con el gorro encasquetado hasta las cejas y la bufanda amordazándole ‘nivel no tengo circulación de cuello para arriba’ hasta cubrirle las pestañas de abajo y dejándole los ojos rozándole con la lana, a puntito de salírsele de las cuencas.

La suegra abuelil pasa de vestir al niño con la ropa que le han dejado preparada ‘porque así el chiquillo ni puede moverse ni puede jugar ni na de na’ y cuando vas a recogerlos al parque te lo encuentras con el pantalón de pijama y la camiseta de la equitación de fútbol como si acabara de llegar en vuelo chárter de una favela de Brasil... ‘ves tú lo cómodo que está, no con ese pantalón que me has dejado que vas a capar un día al chiquillo con esos tiros y esos ropajes de sarasa” y se queda la mar de contenta, comiendo pipas a la velocidad de los loros profesionales que montan en bicicleta.

Cada lunes, un nuevo modelo de suegra en ‘Suegra sí hay más que una’. Es hora de sacar la lengua viperina que Dios nos ha dado, criticar, desahogaros y puntuar a la vuestra con nuestra típica puntuación del 1 al 10… Yo me abstengo, que para eso mi suegra es un primor –y me lee jajjaja-, pero vosotros podéis dejaros la bilis… No sé por qué me da que va a haber muchos comentarios anónimos… A criticar!!! Y que no se ofenda nadie, que esto es para divertirnos!!


La gira

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Ya os dije yo que la afición de la niña por el baile no era cosa buena, que en esto de las aficiones infantiles hay que tener mucho cuidado, que no es como si a la niña le diera por estudiar lenguas muertas, porque mire usted, de ahí hasta podríamos sacar provecho si no para traducir obras de Homero y Cicerón, al menos para llevarla a la tele y forrarnos luciendo a la nena y su afán por las declinaciones como si fuera un ornitorrinco que sabe hacer punto de cruz. Que las rarezas se cobran a precio de oro, oiga.

Pero en lo que se refiere a las aficiones normalitas, las de toda la vida de dios, pagar los veinte euros de mensualidad es abonarse a la mala vida, que eso de que te quiten al retoño dos o tres horas a la semana se paga y muy caro.

Y es que hace unos días, la pelirroja llegó diciendo que ‘muy prontízimo’ iba a ‘actual  muchaz vecez’ y que para ello tenía que hablar con la seño bailaora para pagar nosécuántos euros por un conjunto flamenco para que la niña diera el golpe como si fuera una guiri trasnochá en la feria de Sevilla.

Por su puesto, obvié el tema de que la pseudoequipación de bailaora especial para la actuación me iba a salir por un ojo de la cara -y mira que he renunciado al bolso de estampado de labios de Bimba y Lola, que encima estaba de rebajas y me quitaba el sentido de la orientación de lo bonito que era- y me centré más en esa presunta gira que la niña me anunciaba con los ojos como platos y la mandíbula desencajada de la emoción y me vi cual madre de la Pantoja de pueblo en pueblo, llevándole las castañuelas a la niña y guardándole el mantón para que una vez sobre el escenario diera dos taconazos descompasados, un par de traspiés y para casa a ensayar el próximo espectáculo y yo con las ganas de vivir por el suelo, arrastrándome de agotamiento y empujando el carro del hermanísimo, más conocido como el anticristo en la tierra.

Por suerte, las otras madres debieron de ver en sus cansadas mentes la escena tal cual la vi yo y al final el traje de 90 euracos se convirtió en una cutremalla de seis y la gira provincial en una actuación concreta y puntual, a la que ya se me ha apuntado media familia como si la niña fuera una estrella del baile y fueran a perderse el Azabache.

Mi hermana, por el contrario, no tiene tanta suerte y cada sábado a la amanecía me manda fotos por guasap desde la grada del campo de fútbol que toque para que el primísimo pueda darle a la pelota con el mismo arte con el que baila mi niña, mientras ella hace como que vomita para dejarme claro lo mucho que le gusta madrugar para este fin y para, de paso, codearse con madres y sobre todo, padres fervorosos que se matan vivos porque sus niños metan goles como si aquello fuera la final de la Champions.

Y yo antes les criticaba por meterles presión a los chiquillos y por hacer como si fueran ellos los que juegan el partido aunque ahora comprendo que las pobres criaturas no tienen más remedio que acabar mimetizándose con el entorno y hacer como que les importa que un niño de cuatro años que se saca mocos, meta o no el gol de la victoria porque quejarse tres horas del coñazo de pasar un sábado en el campo de mala muerte de un colegio de extrarradio es todavía más duro…

Yo por si acaso ya estoy haciendo las pancartas y preparando un club de fans para la pelirroja, que igual si finjo que me apetece vivir la turné, acabo emocionándome y todo. Anda que no.

Cigoto y el artisteo

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Cigoto también quiere ser artista. Que ya está mosqueado con esto de que la pelirroja sea la única que tire de volantes y tules y se pase el día girando cual peonza por el salón, reclamando aplausos al respetable. Y es que Cigoto, aunque no pueda girar más que haciendo la croqueta por la cuna y quedándose bocabajo con un brazo atrapado bajo el pecho –que al igual que la hermana tampoco está para el Circo del Sol-, hace sus pinitos para atrapar las miradas y ganarse alguna ovación, aunque claro, ninguneado como está con estos estreses familiares, ni lo miramos y la criatura sigue innovando a ver si así se gana algún aplauso.

Así, mientras nosotros tratamos de sobrevivir a este caos pelirrojil de pañales, colegio, clases de baile, trabajo y casa pocilguera, el pequeño pelirrojo lanza alaridos ligeramente entonados a modo de cánticos gregorianos mientras toca palmas al unísono, parándose cada vez que alguien posa su mirada en él, emocionado de pensar que alguien ha visto su arte, pero cuando luego descubre que sólo se acercan para olerle por si se hubiera hecho caca, entra en depresión momentáneamente y nuevamente sigue tocando palmas por si acaso le llega un golpe de suerte.

Y cuando ve que aquello no va a ningún sitio, se decide a apostar más fuerte y se vuelve loco lanzando carcajadas al aire y mirando de reojo a ver si alguien lo está mirando como si fuera un demente borracho y si ve que tampoco le hacen caso más que para enchufarle un biberón o inyectarle el vegetal a traición, no porque seamos malos padres, que también, sino porque no tenemos tiempo ni para mirarnos a los ojos, empieza a hacer el indio lanzando grititos y tapándose intermitentemente la boca con la mano en plan Toro Sentado hasta dejarse los morros como Belén Esteban.

Pero el colmo fue ayer tarde que trincó la radio con micrófono de la pelirroja, después de que ésta nos hubiera ofrecido un concierto con repertorio infernal del ‘Señor Don gato’, ‘El Corro de la patata’ y otras lindezas clásicas, agarró el aparato empinándose desde el carrito y al mismo tiempo que aquello sonaba por el ‘Que llueva, que llueva’ se pegó la boca al micrófono en plan estrella de la canción y empezó a canturrear poniendo los ojos en blanco como el mismísimo Julio Iglesias.

Y, claro, tuvimos que aplaudirle.

Los deberes y otra formas de morir

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Como si no fuera poco lo que una madre tiene encima con el trajín del trabajo, la casa, los enanos berreando y el ir y venir como alma que lleva el diablo con los pelos tiesos y el estilismo de una loca con visión reducida, van algunas madres iluminadas, majaras y muy aburridas y le piden a la seño que le ponga deberes a los niños que para eso ya están en Segundo de Infantil y estar en Segundo de Infantil y no llevar deberes a casa es un despropósito muy grande, que al final los niños no sacan con nota la Ingeniería por no pasarse las tardes perfilando erizos con rotulador lila.

Así que la pelirroja que ya era mucha pelirroja antes de tener deberes, me llegó a casa el viernes con un libretón lleno de cuadraditos por hacer y dos fichas aparentemente inofensivas para perfilar la letra E en mayúscula y minúscula con dos gigantomanchas como de aceite que daban grima de solo mirarlas.

Y claro, yo ilusa de mí, las dejé encima de la mesa del comedor, pensando que l aniña de un momento a otro y más pronto que tarde, me pediría hacerlas, que esta niña es muy floja pero es ponerle una ficha y un lápiz y entrarle la vena empollona de amante del trabajo. Pero como yo estoy muy mal de lo mío y sólo tengo memoria justa para apagar el butano y no hacer arder la casa e incluso, a veces, de echar la llave en lugar de dejarla puesta por fuera –sí, ya van tres meses este mes, señores ladrones pueden pasarse por casa cuando quieran aunque llevar se van a llevar bien poco, que todo hay que contarlo, leñe- pues no me acordé de las dichosas fichas aceitosas hasta el domingo tarde cuando me las encontré hechas una bola bajo una plasta de plastilina de tamaño industrial y de color indescriptible.

Con más miedo que cuando en 2º de EGB se me rompió el collar de macarrones y lo escondí en la mochila de otra niña, desenvolví la ficha que ya era toda ella una gigantomancha y las estiré sobre la mesa, coloqué al lado la libreta, el lápiz raruno triangular para dedos de gigante y obligué a la niña a sentarse con amenazas en rumano nativo.

Si hay algo que me enerva en esta vida –junto al momento en el que se me acaban las galletas Digestive de chocolate- es la nueva moda de que los padres tienen que sentarse con los niños a que hagan los deberes como nueva normativa educativa para que la familia al completo se vuelque en esta nueva responsabilidad del alumno ¿estamos locos? Pues sí. Y mucho. Así que yo que ahora soy una antisistema básicamente por estado extremo de cansancio y estrés y porque paso de quitarles responsabilidad a la nena con sus cosas, me declaro en rebeldía y paso de vigilar como perfila la E.

Pero tras siete huidas de la mesa rumbo a la cocinita de Kitty a freír salchichas de plástico en tapaderas de ollas de juguete y viendo que la noche se nos caía encima y que aún nos quedaba la ducha, la cena y el estado de coma en el que entro cada día a las nueve y media de la noche, acabé por sentarme con ella, sí, yo, y decirle una a una las cosas que tenía que ir haciendo hasta que terminó el erizo relleno de letras e deformes. Y casi me sentí más orgullosa que ella.

Pues eso que ni principios puede tener una con esto de la maternidad. Qué vida perra. Mañana me estudio las tablas de multiplicar no vayan a pillarme en un renuncio, que la del 6 y la del 8 nunca se me dieron bien.

¡Súper sorteo de segundo cumpleaños!

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 Habemus sorteo!!
Pues sí porque para eso cumplimos dos añitos este mes de febrero y eso hay que celebrarlo por todo lo alto, sobre todo el hecho de contar con seguidores tan fieles como vosotros que aguantais mis desvaríos día tras día y que además compartís vuestras aventuras y desventuras en esta nueva familia 2.0 que hemos creado y que como día la pelirroja 'mola molollón'
¿Y qué mejor manera de celebrarlo que con un megasorteo de regalitos cedidos por nuestras marcas amigas que son más buenas que el pan? ¡Pues ninguna!
Os cuento: habrá un único sorteo con diferentes ganadores. Es decir, participareis una sola vez optando a uno o varios de los regalos que se exponen a continuación. Entiendo que igual os toca uno que no va bien para la edad de vuestro peque, pero siempre podéis cambiarlo entre vosotros o regalárselo a algún sobrinillo que tengáis por ahí, porque esto es cuestión de suerte, amigos míos…
Los requisitospara participar son: 

1.- Haceros seguidores de nuestra página en Facebook (esto es darle al Me Gusta que hay bajo el dibujo de la familia a la derecha). Si ya lo sois, eso que os ahorráis. Para ir a la página del blog en Facebook pinchad aquí

2.- Haceros seguidores de las páginas de Facebook de cada una de las firmas participantes. Creo que es lo menos que podemos hacer por los regalos tan chulos que nos ceden ‘by the face’… Así igual el año que viene nos dan más! Jajajja… Bajo cada premio aparece la página de facebook de la marca, diciendo 'Hazte fan de su página aquí'... Pinchad ahí, dadle al Me gusta y listo.

3.- Copiar el enlace de este post en vuestro muro personal de Facebook.

4.- Dejar un comentario en este post diciendo que ya lo habéis hecho todo y vuestro nombre real. 

(sí, vaaaaale, lo reconozco, he copiado toda la parrafada del post del año anterior pero es que el sistema es el mismo y ¿cómo iba a explicarlo tan bien este año si tengo dos millones de neuronas menos que en 2013? Pues eso mismo.)

¿Alguna duda en el aire? 

Se podrá participar en el sorteo hasta el próximo día jueves 6 de marzo, el viernes 7 publicamos lista de participantes y el día 10 anunciamos los ganadores!!!

Bueno, pues he aquí los regalitos... Espero que os gusten tanto como a mí!!!

BUHKIDS
Saco capazo de bebé fabricado a mano 100% algodón, que se adapta al crecimiento, primero como saco para el capazo y más tarde como manta de juegos o colcha de la cuna. ¡Ideal!

Buhkids! es una joven pero experta marca de artículos para bebés, todos realizados con materiales de primerísima calidad, buscando siempre la comodidad de los pequeños, pero sin renunciar a un cuidado diseño, gracias a Marta y Belén, dos arquitectas madrileñas, que aplican sus conocimientos en diseño e innovación en todos sus productos, creando preciosas colecciones que gustan tanto a los bebés como a sus mamás. ¡Pasa a conocerlos!


PANGASA 
Canastilla compuesta por traje de primera puesta en algodón 100% con capota a juego, mantita, botitas, percha y el precioso osito Pangoso... ¡Me encanta!



Dedicados al confección de ropa de bebé desde el año 1973, Pangasa elabora delicadas prendas con materias primas de máxima calidad, usando tecnología de última generación que permite la realización de prendas sin costura para la total comodidad del bebé. Pásate por su web y descubre sus prendas, complementos y canastillas… son una monería



EL PLANETA DEL BEBÉ
Mochila portabebé Mochila Piratas de Tuc Tuc. De fácil colocación incluso en solitario, con multiposiciones para que el paseo sea un placer. Anchos y acolchados cinturones y cojín reductor new born... ¡la mochila portabebés perfecta!




 
En El Planeta del bebé encontrarás todo lo que necesitas para tus retoños, con multitud de marcas y con los mejores precios: cunas, carros, sillas para el auto, bañeras, mobiliario, pequeña puricultura, juguetes, textil y un larguísimo etcétera, que conforman una amplia variedad de productos y modelos, todos de la mayor calidad, con diseños a la última y con unos precios más que competitivos. Sin duda, el paraíso del bebé y su mamá. ¡Pasa y conócelos!


MI MARTINA
Modelo a elegir de la preciosa colección 'Mi regalo Martina', que podéis ver en la foto... ¡Qué monerías!
 

Mi Martina es una firma de moda que ofrece ropa personalizada para niños y niñas de 0 a 12 años de edad y donde podéis elegir hasta el último detalle en el diseño de vuestras prendas, hechas artesanalmente, con telas y acabados a elegir para dar un toque único y original... Lo moda más cuqui para nuestros pequeños ¡Conócela y enamórate!
ANA MOLINIER
Tocado de flores a modo de diadema. Ideal para bodas y eventos varios de esta primavera ¡No se me ocurre un tocado más bonito!



Apostar por los tocados de Ana Molinier para un día especial es un acierto seguro, gracias a sus diseños elegantes y actuales, elaborados con mimo y buen gusto y con los que ir guapa está prácticamente garantizado. Además no sólo hace tocados sino que en sus colecciones podrás encontrar bolsos, complementos y mucho más ¿a qué esperas para conocerla? 

NICOLASITO
Vinilo antideslizante para la bañera a elegir entre diferentes y divertidos modelos que harán las delicias de los más pequeños...

Para decorar la habitación de tus retoños de una manera especial y divertida, nada mejor que echar mano de los preciosos vinilos de Nicolasito... y quedarán encantados. ¡Y tú también! Pasa y conócelos...


WE LOVE POMPAS
Dos pares de patucos a elegir de las diferentes colecciones de We love pompas... Son tan preciosos!


Y es que una cosa son los patucos de toda la vida y otra lo que hacen las chicas de We love Pompas que son auténticas obras de arte hechas a mano, con materiales de gran calidad y diseños actuales pero sin perder su aspecto tierno. Yo ya tengo unos y son una preciosidad!



MA PETITE EMMA
Un complemento a elegir entre un llavero super papá con estrella, un colgante con inicial, plateado o dorado, o una pulsera mamá dorada o plateada... Todo es monísimo, pero ¡yo me quedo con la pulsera mamá en dorada! ¡Me encanta!


Artesanía de joyas personalizadas y grabadas. Para mamás, bebés, amantes de la moda, soñadores y frikis. Esto último no lo digo yo, lo dice ella misma! jajaja... yo lo único que digo es que ¡me encanta todo lo que hace! ¡Pasad y conocedla!
 


OHMYCOOL
Lote súper molón compuesto por un Peluchín Tragón, el monstruito más cool y achuchable, y un bolso tote Mostacho con el que fardar cada día. ¡Me lo pido!




Si no conocéis a los chicos de Oh my cool no sabéis lo que os estáis perdiendo! Regalos originales, juguetes adultos -que no cochinos- gadgets y todo aquello con lo que siempre soñasteis y que nunca lograsteis encontrar más allá de en las revistas y en las series de televisión, lo podéis encontrar en su web y lo mejor de todo a precios increíbles. A partir de ahora sabréis dónde comprar -y compraros- esos regalos especiales con los que triunfaréis siempre!




CANITOS
Camisa para niño o niña, con la forma, la tela y la talla a elegir por el ganador ¿qué más se puede pedir? ¡Que sean preciosas como las de Canitos!



Modelos de ensueño y precios asequibles, ésa es la base de esta firma que cada temporada crea su propia colección con diseños exclusivos de la máxima calidad. Todas sus prendas se hacen por encargo, totalmente personalizadas, combinando las telas y los diseños como tú quieras, permitiendo vestir a todos los hermanos iguales en el estilo que más te guste. ¡Pásate a conocerlos!


CUADROS CON FOTO
Cuadro personalizado, hecho en lienzo sobre bastidor de madera, de 30x40cm. ¡Para hacer de tus fotografías una obra de arte!



Cuadros con foto te permite hacer auténticas virguerías con tus fotos más queridas desde hacerlas en lienzo sobre bastidor, hasta convertirlas en pósters, lonas, cuadros en 3D y mucho, mucho más... ¡Echa un ojo!



KOOLBEE
Modelo a elegir de la colección Doodledo, la nueva firma de moda entre los hijos de las celebrities... ¡Cómodas, divertidas y funcionales!



Diseños actuales, divertidos y cómodos, elaborados con materias primas de primera calidad, originales, llenos de colorido y con tejidos naturales y orgánicos para enamorar tanto a las mamás como a los más pequeños de la casa... ¿De verdad que aún no los conoces?




EL JARDÍN DE NANA
Ramo de ropita modelo Elodea a elegir entre niño o niña, que contiene: 3 pechitos pequeños estampados (surtidos en diferentes modelos),4 limpia babitas montados en 3 en rosas y 1 en caballito de mar, 8 rosas de foam y tarjeta de felicitación, todo ello presentado en una bolsa acharolada de lujo. ¡Una monería!



El Jardín de Nana es el sitio ideal donde encontrar regalos dulces y originales como tartas de pañales, carritos de bebe, ramos de ropa, canastillas y muchos más regalos originales 


MI PEQUEÑO PRÍNCIPE
A elegir entre faldón de niña o conjunto de niño de la nueva colección primavera verano de Ancar. De 3 a 12 meses. ¿Pueden ser más bonitos?



Mi Pequeño Príncipe es una tienda online de moda infantil, que ofrece prendas de ropa y zapatos de calidad y con diseño ideales a precios más uqe competitivos para que los peques de la casa vistan como auténticos príncipes por muy poco. ¡Visítalos!
SPANTAJÁPAROS
Vestido modelo Montparnasse en gris con flores budeos de la talla 8 a la 16 para chica y camisa a elegir para chico. ¡Ideales para primavera!



Ropa alegre, cómoda y repleta de color que les gusta tanto a los niños como a sus mamás, ya que en Spantapajaros puede vestirse a la familia al completo. Madres, hijas y hermanos pueden llevar los mismos estampados y modelos ¿a que mola? También cuentan con complementos y accesorios todos de colores y estampados coloristas… Entra en su página web y conócelos…




CHINCHA RABINCHA
A elegir entre camiseta manga corta Spiderman Lego de la marca Stardust, disponible en la talla 6-12 meses y 1-2 años y camiseta de tirantes Guinea de la marca Monikako, disponible en tallas desde los 12 meses a los 6 años.

Porque las niñas no siempre tienen que ir de rosa y con lazos y los niños de azul celeste, nace Chincha Rabincha, una marca molona y divertida para vestir a los pequeños de la casa de vivos colores, e incluso de negro, sin renunciar a tejidos de calidad que tienen en cuenta la piel del bebé y con un montón de complementos de la mejor calidad y el diseño más divertido. ¿Qué esperas para conocerlos?

www.chincharabincha.com

OUTLET KIDS
Dos conjuntos de niña de la talla 6 meses de la marca Disney y Tom et kiddy. ¡Geniales para el verano!

Outlet kids es una tienda de ropa infantil con descuentos de hasta el 80% durante todo el año en grandes marcas, pensada para mamis ahorradoras y sus familias. ¡Pásate y conócelos! 
SUITBEIBI
Boof, modelo a elegir de la firma Little Creative Factory, de exclusivos diseños y complementos creados y producidos en Barcelona. Todo elaborado de manera artesanal y con tejidos de alta calidad.



Artículos de decoración, menaje, complementos, cestas y muchos artículos más, todos bajo el denominador común de contar con una calidad indiscutible y un diseño actual, divertido y desenfadado que hará las delicias de los más pequeños. Pasa y disfruta de un mundo mágico.
MIS ÁLBUMES DIGITALES
Álbum digital de 48 páginas con tapas blandas personalizables y páginas de 150gr impresas en brillo.




Mis álbumes digitales te ofrece un amplio abanico de opciones para que puedas conservar tus recuerdos de una manera muy especial.




 
 

Suegra sí hay más que una. 25:- La suegra new age

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La suegra new age cree que tiene veinte años menos de los que dice que tiene -que en realidad son seis menos que los que en realidad tiene- y viste con minifaldas vaqueras de veinte centímetros de largo y botines de prostituta de extrarradio porque ella lo que tiene es un espíritu joven por eso se carda el pelo y se pone tres botes de espuma que se ve que es fundamental que te cruja el pelo para ser una cincuentona sexy.

La suegra new age no era new age hasta que tu suegro tuvo el lío con la telefonista de la inmobiliaria y entonces tuvo una catarsis a la hora de comer y abandonó lo trajes de catequista por los escotes y los abrigos de Desigual y ahora lo que le mola es dar el golpe en la pescadería con sus uñas de gel con brillantitos en las puntas mientras señala la pescada que va a llevarse para la caldereta.

La suegra new age quiere ser tu mejor amiga y dice cosas como ‘a nuestra edad’ como si no os llevarais 25 años y hubierais sido compañeras de laboratorio en Física y Química de 2º de BUP, y muere por apuntarse a alguna de tus quedadas con tus amigas ‘que mira que las chicas lo que necesitamos es nuestro espacio y airearnos un poco con un par de copitas’ mientras tu bajas la mirada y notas sus pupilas rodeadas de kilos de rimmel clavándosete en la coronilla, ansiosa por una invitación formal.

La suegra new age se apunta a clases de Danza del Vientre con su amiga Chari, la del tercero B, y se compra unos leggins y un pañuelo lleno de monedas que suenan a cada movimiento y para demostrar todo lo que aprende os obliga a ver sus exhibiciones espontáneas en cada evento familiar, dándole caderazos a todo el que se cruza con ella como si fuera la versión chinesca de Shakira y todo el mindo se muere de vergüenza ante el espectáculo tan surrealista.

La suegra new age se regala un tatuaje de un delfín en el tobillo derecho porque ‘yo siempre he sido muy moderna y muy rebelde y estas cosas siempre me han gustado porque yo siempre he sido una avanzada de mi tiempo’ aunque los delfines tobilleros sean made in 1999, ligeramente más modernos que la pulsera tobillera de cascabeles que anuncia su presencia y que se compró en Benidorm cuando fue con la Chari a la exhibición de Bachata cuando daba clases de salsa en la peña del barrio…

Cada lunes, un nuevo modelo de suegra en ‘Suegra sí hay más que una’. Es hora de sacar la lengua viperina que Dios nos ha dado, criticar, desahogaros y puntuar a la vuestra con nuestra típica puntuación del 1 al 10… Yo me abstengo, que para eso mi suegra es un primor –y me lee jajjaja-, pero vosotros podéis dejaros la bilis… No sé por qué me da que va a haber muchos comentarios anónimos… A criticar!!! Y que no se ofenda nadie, que esto es para divertirnos!!

Nomadres, madres y madres múltiples. Parte III

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La nomadre se pone mala y se mete en cama a sudar el resfriado al primer estornudo que si no, la cosa se complica y al final echamos por alto el fin de semana sin poder hacer nada molón. La madre se conforma con dejarse morir en el sofá mientras ve Dora la Exploradora y la prole le patea los riñones y con suerte pide cita al médico tres veces antes de poder ir a la consulta para que le manden una medicación que al final nunca sea cuerda de tomarse. La madre múltiple no va al médico desde que echó el último tapón mucoso y se conforma con poder pegarle un chupetón al jarabe caducado mientras hace pollo la chilindrón y le explica a la niña la tabla de valencias.

La nomadre va a ponerse las mechas una vez al mes para no perder luminosidad en las raíces, la madre se pasó al tinte negro azabache para disimular raíces y poder echárselo en casa a la una de la madrugada, cuando toda la prole se ha acostado y sólo le quedan fuerzas para pegarse cabezazos contra el espejo del baño. La madre múltiple no se echa las mechas desde el verano de 2009 pero entre que le crece poco el pelo por la falta de riego sanguíneo fruto del estrés y el malvivir y que se han puesto de moda las californianas, está a la orden del día aunque con las puntas tan abiertas que la melena se le ha multiplicado por dos, que no todo puede tenerse en esta vida.

La nomadre sale de fiesta a darlo todo y se pasa la mañana del domingo haciendo tumbing de sofá y mantita para recuperar energía y pasar la resaca. La madre se toma dos copas y se pasa tres días al borde la muerte, dando bandazos como si viniera de una fiesta rave. La madre múltiple no sale desde 1997 pero cuando la obligan a ir a la cena de Navidad de la empresa y se toma un chupito de calimocho, se pasa una semana vomitando y como si hubiese pillado una cepa mortal de la peste porcina.

La nomadre prepara el look para cada día de la semana para no repetir colores ni estilos e ir monísima de la muerte, la madre se pone lo primero que encuentra limpio en el armario aunque sea un vestido de cóctel con lentejuelas y plumas para ir a recoger al niño del karate. La madre múltiple vive pegada a un vestido de punto amorfo con el que lo mismo recoge a los niños del colegio que va al cumpleaños de la prima Maripili que se queda en casa mona esperando que lleguen los del Carrefour.

De virus y lácteos

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Yo no sé si esto de la maternidad te reduce las defensas como te reduce las ganas de vivir, pero la cuestión es que yo no gano para resfriados y vivo con un pañuelo pegado a la mano, moqueando y estornudando a la velocidad de la luz que apenas si me da tiempo a tragar saliva cuando me viene el siguiente estornudo compulsivo que yo no sé cómo no fuero de asfixia o de pegarme un leñazo contra cualquier pared en una de esas convulsiones que me dan y que me dejan dando vueltas como si me estuviera apaleando un fantasma con mala leche.

Lo nuevo es que ahora los resfriados se me juntan con la alergia primaveral que tengo desde noviembre, que yo soy mucho de adelantarme a las estaciones y de disfrutar por anticipado de estas maravillas de la genética –que mi madre entre el nombre engendro, las caderas y la rinitis se quedó descansando- y mezclo los estornudos encadenados con los picores de ojos nivel me los quiero arrancar ahora mismo y quedarme como el príncipe feliz –aquel del cuento deprimente que me traumatizó de niña- con tal de liberarme de estos ojos alérgicos que se me ponen rojos nivel Hulk en un momento de furia y dan mucho miedo.

Y como desde que soy madre y no tengo tiempo para ponerme mala me empastillo viva –yo que era de las que me negaba a tomarme una aspirina infantil- alternando Espidifenes, paracetamoles y Red Bull y Pharmatones y todo lo que pillara para evitar estar hecha una madre múltiple ‘estrosaíta’ pidiendo clemencia por las esquinas, ahora ya no me hace efecto nada y tengo que sobrevivir a jierro, sin una droga legal que echarme al gaznate.

Por eso he decidido pasarme a los actimeles, que mira que nunca me han gustado pero por aquello de reforzar las defensas encanijadas que tiene una a fuerza de malvivir, el otro día compré unos paquetones gigantes que parecía que aquí vivíamos una nueva versión de la Tribu de los Brady.

El problema es que yo no había contado con la adición a los lácteos de la pelirroja –que comer no come, pero se jala seis petit suisss en un segundo como si fuera un gremlin de los malos con bulimia- y antes de que pudiera darme cuenta de que estaba demasiado callada, me la encontré agazapada detrás de la puerta del frigorífico con cara de éxtasis y con al menos seis botecitos vacíos a su alrededor como si fuera un borracho callejero con sus bricks de vino blanco.

Y lo peor no es la indigestión que podría haber pillado sino el hecho de que tenga el cuerpo lleno de minibichos defensores, lo que la hace indestructible y más incombustible de lo habitual y lo habitual ya es mucho. Así que si no fuera poco tener que arrastrar estas enfermedades que me tienen ‘valdaíta’ en términos normales, ahora tengo que enfrentarme con una Obelix caída en la marmita mágica, con energía para matar un tren y bichitos defensores para acabar con todos nosotros.

Perro viejo

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Desde que soy madre –ya no recuerdo el día en el que tenía el útero a estrenar- he aprendido muchas cosas curiosonas y no sólo a hacer un biberón, a contar cuentos y a dormir a un niño que no quiere dormir y te araña hasta la pituitaria, también he desarrollando cierta perspicacia respecto a lo que me rodea, como te lo digo, y eso que yo ando regular de riego sanguïneo y conexiones neuronales... que ser perro viejo es lo que tiene.

1.- Cuando veas a una chica muy guapa y arregladísima con un tipo de infarto y una plancha profesional hecha en una brillante melena conduciendo un carrito de bebé con un nene dentro de menos de seis meses, desengáñate, ella no es la madre. Fíjate bien que seguro que junto a ella o habitualmente detrás de ella con la mirada perdida va la auténtica madre con pinta de haber salido de un campamento de refugiados y con la cara de haber sobrevivido a un ataque nuclear… Y la que tiene tiempo de pintarse las uñas con dos capas es la hermana o una amiga piadosa que la ha sacado a tomar el aire antes de que pierda la cabeza del todo.

2.- El grado de callamen en el que te conviertes cuando traes un hijo al mundo es inversamente proporcional a la edad del crío en cuestión. El proceso va así: el primer mes estás más o menos igual que antes de la maternidad aunque con la barriga amorfa y el cuerpo raruno, porque aún te quedan fuerzas mentales –que no físicas- para enfrentarse al caos y no renunciar a la doble pasada de rimel, pero a partir del mes, aquello empieza a decaer y habrá muchos de ‘hoy no me voy a pintar, total quién me va a ver, y además así me respira la piel’ y al final eres un cardo en la mitad de las fotos del bebé. Cuando el niño empieza andar el grado de callosidad aumenta porque ya tienes que debatirte entre evitar su suicidio a fuerza de cabezazos contra cualquier esquina de la casa o peinarte. Y no te peinas. Pero poco a poco el niño va haciéndose autónomo –un poco al menos- y vuelves a resurgir, incluso te pones serum. Luego te vuelves a embarazar y vuelves a la casilla de inicio.

3.- Hay niños malos y niños buenos. Eso es así(n). Todos dan guerra –mucha- porque si un bebé no da guerra no le encuentra sentido a la vida, digo yo. Pero hay niños que se pasan los primeros meses durmiendo y hay niños porculeros que no dejan de llorar hasta el día de la comunión. Luego vendrá la lista de turno a decir que el suyo es muy bueno porque ella le pone música clásica y le hace masajes circulares con aceites pestosos de la herboristería a la luz de las velas. Ni mijita. Cuando le venga un segundo con cólicos del lactante o simple mala leche, que me cuente cómo le va lo de untarle cosas mientras le berrea a la cara como si lo estuvieran apaleándolo.

(Continuará)

Suegra sí hay más que una. 26.- La suegra naturista.

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La suegra naturista era una mujer normal hasta que para curarse el reuma le recomendaron un naturópata ‘buenísimo, que con unas hierbas y unas raíces de las cordilleras béticas te deja nueva’ y desde entonces ya todo fueron flores de Bach, harina integral y extracto de tila, alpargatas de esparto natural ‘no tratado con agentes agresivos para la epidermis y el colón y ergonómicas para favorecer el paso firme y el riesgo sanguíneo corporal’, que te deja los pies en carne viva pero que te elimina las radiaciones externas.

La suegra naturista se vuelve loca cuando te ve calentar el bibi en el microondas ‘esa máquina diabólica generadora de cánceres masivos’ ‘que no ves que esas radiaciones les llegan al niño’ y sin comerlo ni beberlo, te tira esa leche, te friega el biberón y te calienta la leche en un cacillo ‘como se ha hecho toda la vida aunque a mí la vitro como que no, que a saber la de radiaciones que emite eso’.

La suegra naturista sólo quiere tejidos naturales para el nene, 100% algodón ecológico y muere de un infarto si lee la palabra acrílico o poliéster aunque sea en un muñeco del nene y te compra un detergente especial sin parabenos ni olor ni ganas de vivir para que laves la ropa de su nieto sin riesgo de que contraiga una enfermedad mortal de Nueva Guinea.

La suegra naturista te mira como si estuvieras esnifando cada vez que te abres una lata de red bull para sobrevivir a la maternidad y a la falta de sueño y te lanza un sermón inventado que ha leído en facebook sobre las doscientas personas que han muerto al primer buche por una sobrecarga en el sistema nervioso central y como ve que no te quedas convencida y sigues dando sorbos a escondidas, te atosiga a email sobre los peligros de la cafeína y de cómo la coca cola se usa para desatascar tuberías y para matar malas hierbas y de paso te agasaja con el vídeo de la cocacola y los mentos de 1993.

La suegra naturista se niega a darles a tus niños chucherías o helados que no sean de herboristería y con sabor a inmundicia, declara sustancias non gratas al Apiretal y al dalsy y hace acopio de hierbajos para hacerles friegas en el pecho para el resfriado y matarlos lentamente.

La suegra naturista le compra a tu niña un collar para evitar el dolor de muelas y una colonia que repele la onda de los móviles y como se la dejes más de tres días, te la devuelve con pantalones bombacho y una cinta en el pelo de una cuarta como El Arrebato.

Cada lunes, un nuevo modelo de suegra en ‘Suegra sí hay más que una’. Es hora de sacar la lengua viperina que Dios nos ha dado, criticar, desahogaros y puntuar a la vuestra con nuestra típica puntuación del 1 al 10… Yo me abstengo, que para eso mi suegra es un primor –y me lee jajjaja-, pero vosotros podéis dejaros la bilis… No sé por qué me da que va a haber muchos comentarios anónimos… A criticar!!! Y que no se ofenda nadie, que esto es para divertirnos!!

Mentirosa compulsiva

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Desde que soy madre me he vuelto una mentirosa. Una mentirosa profesional. Y no me pesa. No me pesa ni una mijita porque aunque mi abuela dijera que ser una embustera es una cosa muy fea y muy de que te castigue el señor, para ser madre es un imprescindible que no te puede faltar como el RedBull o los lexatines.

Yo nunca había sido mentirosa, no por moral, Dios me libre, sino porque no tengo memoria y al final me acababa metiendo en tales jaleos desdiciéndome cada tres minutos que es casi mejor decir la verdad por jodida que sea. Pero claro fue meterme en esto de la maternidad y empezar a soltar falacias por la boca en un no parar la mar de malo pero siempre por fines mayores y necesarios.

Al principio sólo le mentía a la prole en plan‘no, no me voy cuando te duermas, me quedo aquí toda la noche’ o‘pues claro que te estoy escuchando recitar el poema del Día de Andalucía’ y otras mentirijillas más o menos inofensivas que fueron degenerando en‘que sí, que las brujas existen y se llevan a las niñas malas que no hacen caso a sus mamás’, ‘como no comas las tripas se te acabarán pegando y tendremos que llevarte al hospital’, ‘que sí, que conozco a una niña que se subía en el sofá y se cayó y se partió la boca y ya no pudo hablar nunca jamás’ y otras lindezas similares.

Luego la mamma empezó a ejercer su papel de abuela sargento y sin darme cuenta me vi inventando historias que salía de mi boca sin que las pudiera controlar, sobre todo cuando se pone inquisitiva en plan Pero a la niña, no le habrás lavado la cabeza con el tiempo como está, no? / Noooo, qué va, mañana ya si eso, si tampoco la tenía sucia / ¿Y ese secador? / ¿Qué secador? / Ése que se escucha / Ah, ese secador… Es el pater que se acaba de duchar y estará secando el espejo, que se empaña mucho y no puede verse para afeitarse / ¿Se afeita de noche? / Sí… un poco / ¿y eso? / Bueno, dice que así se le irrita menos la piel… Obviamente la niña tiene el pelo chorreando y el pater, que jamás se ha afeitado de noche, barba de tres días y por supuesto la mamma no se ha creído una mierda.


Sin embargo y a pesar de que los resultados de esta nueva verborrea mentirosa mía no son buenos del todo, sobre todo porque la mamma hace trampas para pillarme y siempre lo consigue, he empezado a rizar el rizo y ahora también le miento a la pediatra. Sí. Soy lo peor. Pero es que me mira con cara de institutriz y me suelta eso de ‘la niña tomará ya sesada, ¿no?’ y claro, me lo dice con esa cara de loca –sabiéndome malamadre-  y apuntando cosas supersecretas en el ordenador, que tengo que decir que sí. Vamos, que me veo obligada.‘Muy bien, entonces de potitos ni hablamos, ¿no?’ ‘/ No, no, jajaja, por Dios, no’ mientras empujo con el pie los que acabo de comprar en la farmacia de la esquina…

Pues eso que no tengo remedio.

PD. No os olvidéis del megasorteo!!! Que ya queda menos...
http://hijanohaymasqueuna.blogspot.com.es/2014/02/super-sorteo-de-segundo-cumpleanos.html

Cigoto y la tonificación muscular

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En esta casa no tenemos agilidad. Básicamente porque somos unos flojos y para nosotros el deporte es como una enfermedad crónica, una desgracia que está ahí y a la que a veces hay que enfrentarse, pero que cuanto menos pienses en ella, mejor. Así que imagino que por eso y por la falta de gracia natural para el movimiento que implique esfuerzo, somos poco ágiles. Sobre todo, la pelirroja y yo misma, que el pater es más habilidoso, aunque ninguno de los tres tenemos narices de mover el hulahop como dios manda, lo que es un trauma muy grande que vengo arrastrando desde la infancia.

Así que daba por hecho, que Cigoto iba a heredar nuestra escasa agilidad, viendo como veo a la pelirroja pegarse leñazos en cada giro que da cuando pretende enseñarme lo avanzadísima que va en clase de baile o cómo coquetea con la muerte cada vez que se deja caer por el palo de bombero que hay en el parque del colegio y en el que se queda atascada quemándose las manos mientras los otros niños bajan como monos titis entrenados en zoológicos indios.

Pero no. Parece ser que Cigoto no piensa entrar por el aro y poco a poco y sin que nadie se dé cuenta –básicamente porque nadie lo mira, criatura- ha empezado a hacer sus pinitos en cuanto a movilidad se refiere, y aunque no gatee, porque en esta casa no somos de arrastrarnos por ahí -un respeto- ya se va incorporando agarrado al filo de la cuna y empinando el miniculo como una bailarina de streptease trasnochada, aunque hasta ahora se quedaba ahí paralizado como si le hubiera dado el lumbago agudo sin retorno.

Pero desde hace unos días lo tengo desatado y ya casi se pone en pie en la cuna, con el consecuente riesgo de suicidio y mis tres manojos de canas nuevas, y en el carrito por mucho que lo ate, se hace un Houdini antes de contar tres y me lo encuentro de pie y apoyado en el respaldo jugándose  la integridad física por un poco de libertad.

Y tanto se estira el pelirrojo que ya me ha roto tres pijamas por los pies, sacándole el dedo como si fuera un Carpanta cualquiera y mira que le van bien de talla, pero es tal la ansiedad por no ser un paquete como el resto de la familia que no encuentra descanso para la tonificación muscular y se pasa el día con el cuerpo estirado nivel rostro de Pilar Eyre. Un despropósito.

Eso sí, se ve el dedo fuera y se muere de la risa mientras trata de arrancárselo como si fuera un trozo de algo que alguien le ha colocado ahí y se enfada cuando ve que no lo puede quitar.

Pues eso, que igual nos sale ágil, pero notario no creo.

De granjas, cabras y otros traumas

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La pelirroja ha ido a la granja escuela y desde entonces la casa huele a cabra. En serio. Que no es que yo haya estado con muchas cabras en mi vida, que a mí el campo como que no, pero sé cómo huelen las cabras y mi casa huele a cabra. Y no es para menos porque la niña llegó de la excursión para desinfectarla por un equipo profesional de ésos que salen en House y que llevan un traje como de astronauta para no contagiarse y una bombona llena de gases purificantes.

Pero claro, como yo lo único que tengo es una lavadora doméstica y una bañera que no gasea ni nada, pues lo único que pude hacer con esa versión embarrada de la pelirroja fue ponerla bajo el chorro de la ducha hasta que se le volvieron a ver los ojos y se le quitó el viso de mierda que traía y enjabonarle las siete capas de la piel mientras ella, cochina como siempre, protestaba alegando lo limpia que estaba porque se había lavado las manos en una fuente, que visto lo visto, igual era un bebedero de cabras.

Por supuesto ella vino contentísima con la experiencia granjera y hasta me trajo un manojo de flores marchitas que ahora tengo metidas en un vaso como si fuera una reliquia de San Leopoldo, no vayan a caerse o a estropearse más aún –si eso es posible- y la nena se me sienta ultrajada con la ilusión que me hizo a mí este regalo improvisado.

Y al parecer le dio de comer a los animales, hizo pan y hasta montó a caballo –ese dato mejor vamos a omitírselo a la mamma o me quitará la custodia- ‘que no me dio ni una mihilla de zuzto, de veldad mamá, ni ziquiera cuando el caballo ze volvió loco’… -este dato de hecho me lo voy a ocultar a mí misma para no morir de un infarto que con esta bipolaridad y esta falta de memoria seguro que lo consigo porque lo de que el caballo se volviera loco es para morirse de terror, aunque claro la credibilidad de la pelirroja está bajo mínimos y su capacidad de inventiva en máximos históricos así que igual es que el caballo relinchó y yo ya estoy inventándome una trama de caídas mortales como la de la niña de ‘Lo que el viento se llevó’, digna de jalarte dos cajas de valiums 5 sin agua ni ná-.

Así que el balance fue positivo, sobre todo después del baño desinfectante y la lavadora con prelavado intensivo, cuando nos sentamos a hablar de lo bien que se lo había pasado y me iba contando las historias –todas surrealistas y sin pies ni cabeza- con los ojos como platos de la emoción. Y de pronto, se calló, se echó las manos a la cabeza y salió corriendo hasta su cuarto y me vino con una sonrisa triunfante y con un puño cerrado en alto para mostrarme una ‘puzerzorpreza’.

Yo no esperaba mucho: otra flor machacada, un pedrusco del camino o hasta un hoja llena de barro y/o pis de cerdo, que una ya está curada de espanto con esto de la maternidad, pero lo que jamás hubiese esperado es que esa mano regordeta se abriera y mostrara, como quien muestra un diamante de 5 kilates, nada menos que dos bolitas de caca de cabra ligeramente espachurradas.

Del espanto que me dio aquello le zarandeé la mano y las bolas salieron disparadas por los aires que casi me dejan ciego a cigoto –que también lampaba por cogerlas al vuelo- mientras la pelirroja lloraba amargamente reclamando su tesoro y yo me tiraba por los suelos para cazarlas debajo del sofá con el palo de la escoba.

Yo juraría que eran dos y es lo que me promete la pelirroja, sin embargo mi casa huele a cabra y ahora se me ha ocurrido que tengo mil bolitas de caca caprina diseminadas por toda la casa. 

Y vivo sin vivir en mí.

Si es que la naturaleza nada más me trae disgustos.

NOTA: Hoy es el último día para participar en el sorteo!!!!!!!!!!! Tenéis hasta las 18.00 horas!!!!!!! No lo dejéis que tenemos premios muy molones y seguro que esta vez la suerte está de vuestra parte!!! (Si alguien después de hacer todos los pasos tiene problemas para escribir el comentario en el post del sorteo, que me mando los datos por un privi a través de face)... Ay, que nervios!!
http://hijanohaymasqueuna.blogspot.com.es/2014/02/super-sorteo-de-segundo-cumpleanos.html

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