Una hora menos
A mí el cambio de hora me desconcierta. Mucho. Y no sólo porque no lo entienda –como alguien intente explicarme lo de las horas de luz y si dormimos más o menos, le saco los ojos- sino porque me causa...
View ArticleVicios insanos
Yo soy una mujer de vicios. De vicios legales, claro, que bastante pobre y asustona es una como para darse a los ilegales, que es lo que me faltaba para acabar con un ictus severo, como tengo yo la...
View ArticleSuegra sí hay más que una. 30.- La exbuena suegra
La exbuena suegra era la mejor suegra del mundo y de deshacía en cumplidos y ganas de agradar desde que te casaste y ya cuando tuviste hijos, fue la mejor abuela del mundo, lampando por quedarse con...
View ArticleCigoto, nominado
Ya os he dicho alguna vez que Cigoto es un ser maligno que ha venido a acabar con los pocos segundos de paz que teníamos en familia, así que ha sido nominado para abandonar la casa. Así, a las bravas,...
View ArticleDesastrosas
Ya hace tiempo que me resigné a la idea de que no iba a tener una niña fina. De ésas que me gustan a mí que tienen el pelo sedoso y lo mueven hacia los lados como si fueran modelos de Ralph Lauren y...
View ArticleDe compras y otros infiernos
Echar de menos que la pelirroja se dedique a lamer espejos cuando vamos de compras es una cosa muy triste. Básicamente porque eso implica, no que una sea una madre nostálgica, dios me libre, que tengo...
View ArticleCosas tristes que molan cuando eres madre
Cuando una se hace madre y comienza el frenético malvivir sin descanso ni tregua ni tersura epidérmica, empieza a valorar algunas cosas que tenía antes de que le rajaran el útero y que entonces, cuando...
View ArticleSemana horribilis
La Semana Santa es una cosa muy mala. Sobre todo si vives en el centro y estás rodeada de recorridos oficiales, extraoficiales y oficiosos, casas hermandades, iglesias centenarias y parroquias con...
View ArticleDe infancias mágicas y palomitas de maíz
Ser madre es una tarea agotadora y no sólo por todo el trabajo que genera, que es más que el de la KGB y la CIA juntas en los años 60, sino porque además, implica una serie de obligaciones añadidas que...
View ArticlePerro viejo o cosas que sé desde que soy madre. Parte II
1.- Cuando vayas a llevar a tus hijos al zoo o le vayas a comprar una bici nueva, cállate y no digas nada hasta que sea el día D a la hora H. Que sí, que tú crees que lo que más mola de estas cosas es...
View ArticleAquellos maravillosos años...
Aunque una tenga dos retoños en su haber y tuviera su primera rajada de útero en 2009 –cuando aún no tenía cambios de humor ni cara de indio viejo- soy lo que viene a denominarse una madre novata. Que...
View ArticleLa 'muchachatunga' y otros misterios
Una de las partes fundamentales de la maternidad como profesión de riesgo es desentrañar misterios, algunos básicos y otros dignos de Colombo, algunos para mantener su supervivencia –en plan no sé si...
View ArticleEfectos secundarios de la maternidad. Parte I
1.- La desinformación. Si la crisis ucraniana o el fallecimiento de Gabriel García Márquez no ocurren en la plaza Encanto o en la Casa de Mickey Mouse antes de la Mickeydanza para ti no han existido....
View ArticleEl paletón y otras amenazas
Los dramas, como las guerras, comienzan a fraguarse mucho tiempo antes de que la cosa se ponga fea y generalmente por un motivo aparentemente nimio y absurdo, pero que es el causante de todo mal. En mi...
View ArticleMás efectos secundarios de la maternidad
1.- Tu vida social es una ruina. Y no, por vida social no se entienden los cumpleaños infantiles de los amiguitos de tus hijos en los que te dan un minivaso de fanta Hacendado sin gas y un sándwich de...
View ArticleAquellos maravillosos años. Los días de playa.
En mi casa, antes de que la mamma le declarara la guerra al sol como Mario Vaquerizo, siempre hemos sido muy de playa por aquello, imagino, de que los niños podíamos matarnos vivos sin dar mucha guerra...
View ArticleEl hombre del saco y otros terrores aliados
Las abuelas saben mucho de maternidad por aquello de que han sido madres antes que tú, cuando lo normal era tener cuatro niños en cuatro años –o menos- y no había canal Disney ni Red Bull para paliar...
View ArticleEl tiempo y otras ilusiones
Cuando una era nomadre y gustaba de ir dando lecciones de vida por el mundo con mi pelo perfectamente planchado y mis pestañas con sus dos capas de rimel como una señora de bien y mis ocho o nueve...
View ArticleAquellos maravillosos tiempos. Los viajes en coche
A diferencia del tópico, mis padres no tenían un 600 - la que lo tenía era mi tía Laly y con él nos estrelló una vez a traición contra una farola, pero ésa es otra historia- sino un Renault 6 que era...
View ArticleAquellos maravillosos años. Los juegos.
La agilidad física nunca fue lo mío –y desde que soy madre la mental tampoco- pero ni cuando había que jugar al elástico en séptima posición y estirar la pierna hasta desencajarte la pelvis, ni hace...
View Article